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Medicina conductual del sueño

La medicina de sueño aborda problemas del dormir que pueden presentarse en personas de cualquier edad tanto en la noche como en el día. Durante la noche podemos reconocer dificultades como insomnio, apnea, bruxismo, pesadillas, enuresis, encopresis, o sonambulismo, entre otros; dentro de las alteraciones más comunes que podemos reconocer durante el día, se encuentran somnolencia excesiva o narcolepsia. Muchos de los trastornos del sueño se pueden tratar desde la psicología; en CANPSI hacemos diagnóstico de trastornos del sueño y ofrecemos tratamiento psicológico, así como canalización con especialistas.

Una buena calidad de sueño es un pilar fundamental de la salud general; los trastornos del sueño están íntimamente relacionados con la prevalencia de problemas cognitivos y afectivos, incluyendo alteraciones del neurodesarrollo, trastornos de la conducta, del estado de ánimo y enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, cáncer etc.

Insomnio conductual de la infancia
En los primeros años de vida y hasta que se logra un neurodesarrollo más consolidado, el sueño puede presentar patrones irregulares que tienen consecuencias negativas tanto para los padres o cuidadores, como para los pequeños.

El Insomnio Conductual de la Infancia se caracteriza por una constante negativa a irse a dormir en horarios adecuados, o despertares continuos durante los cuales requieren la presencia de los padres o cuidadores, lo cual repercute en la calidad de sueño de todos los integrantes de la familia que habitan en la misma casa.

Parasomnias
Los trastornos del sueño en la infancia pueden ser subdiagnosticados, ya que generalmente la ayuda se solicita cuando la problemática presentada afecta a los cuidadores. Las parasomnias son conductas complejas que ocurren mientras dormimos. En los niños suelen ser comunes y, aunque benignas, afectan la calidad de sueño de quien la padece y de otros miembros de la familia. Dentro de ellas se encuentran las pesadillas, sonambulismo, enuresis y terrores nocturnos.

Una mala calidad de sueño está directamente asociada a un deficiente neurodesarrollo, problemas de aprendizaje y problemas de conducta.

Insomnio
Los trastornos del sueño en la adolescencia se manifiestan de manera diferente que en la niñez o en la edad adulta. En esta etapa, el insomnio se asocia principalmente a malos hábitos de sueño que suelen permanecer hasta etapas más tardías, al igual que el malestar en el dormir y la sensación de un pobre estado de vigilia (baja concentración, somnolencia y cansancio constante, irritabilidad emocional, baja capacidad de memorizar las cosas, etc.).

Trastornos del ritmo circadiano
Los trastornos del ritmo circadiano constituyen la alteración de sueño más frecuente en la adolescencia; se asocian con poder dormir, pero no en los horarios adecuados, implicando una fase retrasada del sueño, caracterizada por una tendencia a dormir tarde e incapacidad para despertar temprano, lo cual conlleva problemas académicos debido a que el horario natural de sueño se empalma con los horarios escolares. Suele ser subdiagnosticado ya que se asume como conducta propia de la edad o bien, hasta que la problemática presentada afecta a los tutores o al desempeño escolar

Insomnio
Comúnmente, el adulto que acude con un especialista en sueño por un problema de insomnio, lo hace después de varios años de padecer la condición. De acuerdo con guías nacionales e internacionales, el mejor tratamiento es la Terapia Cognitivo Conductual para Insomnio, es decir un tratamiento de corte 100% psicológico.

Trastornos respiratorios del sueño
Dentro de los trastornos respiratorios de sueño más comunes en la población mexicana, se encuentran la apnea obstructiva y la apnea central de sueño; ambas condiciones hacen referencia a pausas en la respiración mientras el paciente está dormido. Estas pausas restringen la oxigenación necesaria para el funcionamiento adecuado del organismo, poniendo en riesgo la integridad física del individuo, especialmente en combinación con fármacos hipnóticos. Se ha demostrado que los tratamientos para estas condiciones son siempre más efectivos cuando se acompañan de una guía psicológica.

Hipersomnolencia
La hipersomnolencia se refiere a una constante necesidad de dormir, aunado a una incapacidad para mantenerse despierto cuando es necesario. La Somnolencia Excesiva Diurna puede ser consecuencia de otros trastornos de sueño o médicos, así como de uso de diferentes sustancias. Esta condición puede ser fatal, ya que se asocia a accidentes vehiculares o laborales.

Trastornos del movimiento

Entre los trastornos del movimiento más comunes en adultos, se encuentra el bruxismo (apretar o rechinar los dientes), el cual no sólo fragmenta el sueño, sino que desgasta las piezas dentales y puede incluso romper huesecillos del oído; la causa más común es el estrés y la ansiedad. Otros trastornos del movimiento comunes son el Síndrome de Piernas Inquietas y el Trastorno de Movimiento Periódico de las Extremidades, ambos fragmentan el sueño y generan insomnio, así como somnolencia diurna.

Insomnio
De manera natural, se observa una disminución en la necesidad de sueño conforme avanza la edad, sin embargo, la presencia de trastornos médicos y la polifarmacia pueden generar insomnio, aunado a cambio en las actividades cotidianas, así como el aumento de síntomas de depresión.

Trastornos del ritmo circadiano
En los adultos mayores, el trastorno del ritmo circadiano más común es el que se conoce como Fase Adelantada de Sueño. Esta condición se caracteriza por una necesidad de acostarse a dormir más temprano de lo usual y a despertarse mucho más temprano de lo deseado, repercutiendo sobre sus actividades sociales y estado anímico.

Trastorno de Conducta de Sueño MOR
El Trastorno de Conducta de Sueño MOR se caracteriza por la actuación de las ensoñaciones, especialmente cuando éstas tienen un alto contenido emocional. Aunque este trastorno se puede presentar en cualquier edad, tiene mayor incidencia en adultos mayores y puede tener serias implicaciones en la seguridad del paciente y/o su compañero de cama, debido a las conductas que pueden emitir estando dormidos. Adicionalmente, suelen confundirse con trastornos psiquiátricos conllevando un tratamiento inadecuado.

Terapia de lenguaje

La terapia en comunicación humana se dedica a identificar y rehabilitar los procesos y patologías en el lenguaje y el habla mediante actividades recreativas.

Los profesionales en terapia neurolingüística apoyan a pacientes con discapacidades neurológicas y/o sensoriales que limitan su comunicación, implementando programas educativos o terapéuticos específicos para contribuir con su desarrollo, previniendo o disminuyendo las alteraciones en la funcionalidad, salud y autosuficiencia, particularmente en la población infantil.

Su principal campo de acción es el apoyo para pacientes con trastornos congénitos o adquiridos de la voz, lenguaje receptivo, articulación o fluidez (por ejemplo, problemas en comprensión, pronunciación o tartamudeo), así como trastornos motores del lenguaje.

Trastornos fonológicos
Los trastornos fonológicos son desórdenes caracterizados por diferencias en la producción y/o distinción de los sonidos individuales del habla en comparación de las expectativas sociales adecuadas a la edad. Al ser frecuentes en la infancia, pueden repercutir importantemente sobre el desarrollo social del niño, así como en la adquisición de la lectoescritura.

Trastornos de articulación
Los trastornos de la articulación son desórdenes caracterizados por problemas en la producción del habla, comúnmente identificados como problemas en pronunciación; los individuos omiten, sustituyen, distorsionan o aumentan sonidos en el discurso, generando dificultades potenciales en la comunicación eficaz.

Trastornos de la voz   

Los trastornos de la voz se refieren a diferencias en el tono, volumen o calidad de los sonidos del habla, que lesionan la laringe, interfieren con la comunicación y son percibidos como marcadamente distintos de los esperados para la edad, sexo o cultura. Se asocian a factores como hábitos inadecuados en la posición de los órganos del habla, infecciones, daño neurológico, problemas psicológicos, anormalidades físicas, consumo de irritantes o inhalantes, etc.

Trastornos de la fluidez

Los trastornos de la fluidez se caracterizan por pausas, repeticiones o interrupciones del habla que son tan frecuentes o intensos que dificultan la comprensión o llaman excesivamente la atención. El trastorno más común es el tartamudeo, el cual afecta a aproximadamente un 1% de la población infantil, siendo más común en niños que en niñas. La detección y tratamiento oportuno resultan de suma importancia, ya que la presencia de tartamudeo por más de dos años suele convertirse en una condición crónica, con consecuencias psicológicas y sociales prominentes.

Trastornos motores del habla

El daño a los nervios o a las áreas cerebrales que controlan los músculos orofaciales generan disturbios en la habilidad de hablar normalmente, generando un habla imprecisa o lenta, pudiendo acompañarse de afecciones respiratorias y en la expresión no verbal.

Terapia emocional

La psicología clínica aborda de manera terapéutica, mediante diferentes estrategias, algunos problemas afectivos y comportamentales que pueden repercutir en nuestro funcionamiento cotidiano escolar, laboral, familiar e interpersonal.

Nuestro principal enfoque es la terapia cognitivo-conductual, la cual trabaja a partir de la identificación de los pensamientos y conductas que afectan el estado anímico para así poder gestionar adecuadamente nuestras emociones.

Esta aproximación terapéutica ha mostrado eficacia para el trabajo de diversos trastornos, entre ellos depresión, ansiedad, trastornos en la conducta alimentaria y problemas conductuales.

Problemas de conducta
Los problemas de conducta en niños pueden ser ocasionados por múltiples factores, siendo importante la detección oportuna y el trabajo clínico para su tratamiento. Estos problemas en el comportamiento pueden generar importantes dificultades en el establecimiento de relaciones interpersonales, el desarrollo de habilidades sociales, escolares y en los vínculos familiares.

Depresión  
La depresión es una entidad clínico-patológica que afecta de manera diferente a los niños y los adultos. Los cambios en los hábitos de sueño, alimentación y conducta, aunado a irritabilidad y frustración pueden ser indicadores de alteraciones en el estado de ánimo que repercuten en el desarrollo integral.

Ansiedad
Los niños que padecen trastornos de ansiedad experimentan preocupaciones, miedos intensos y/o exacerbados que interfieren con las actividades diarias y las relaciones interpersonales, siendo de difícil detección y control. En la infancia, los síntomas pueden presentarse como irritabilidad, problemas para dormir, cambios en la alimentación, activación fisiológica y alteraciones en la conducta, que pueden llegar a interferir sustancialmente con el desarrollo biopsicosocial.

Ansiedad      
Dentro de las causas más frecuentes de discapacidad en la edad adulta destacan los trastornos de ansiedad. Inclusive a nivel subclínico, las personas que padecen trastornos de ansiedad experimentan preocupaciones, miedos intensos y generalmente exacerbados que interfieren con las actividades cotidianas y las relaciones personales. Las manifestaciones pueden variar desde sensaciones de angustia hasta síntomas fisiológicos como sudoración, hiperventilación, palpitaciones cardiacas, cambios en patrones de sueño, etc.

Depresión
La depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo, que afecta a 300 millones de personas. Se caracteriza por cambios afectivos, sociales, cognitivos y conductuales. La depresión crónica puede llevar a conductas de riesgo tales como el suicidio, por lo que su pronta detección y tratamiento son fundamentales.

Conflictos interpersonales y familiares
A lo largo de la vida podemos experimentar momentos de confusión y conflicto en los diferentes ámbitos de desarrollo. El acompañamiento psicológico es una herramienta para trabajar en la resolución de dichos conflictos a partir de la comprensión de los eventos desencadentantes.

Neuropsicología

La neuropsicología es una rama de la psicología que estudia la relación entre los procesos psicológicos y el funcionamiento cerebral. Los neuropsicólogos clínicos son especialistas en el desarrollo, la evaluación y la rehabilitación de funciones cerebrales que pueden presentar afectaciones por alteraciones en el sistema nervioso, incluyendo lenguaje, atención, memoria y regulación de la conducta. Su principal campo de trabajo es el apoyo a pacientes neurológicos y neuropsiquiátricos (por ejemplo eventos cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos, epilepsia y demencias como el Alzheimer), así como trastornos del desarrollo (TDAH, trastornos del aprendizaje, autismo y problemas conductuales), entre otros.

Existen factores de riesgo que pueden afectar el desarrollo de tu bebé, incluyendo embarazos de alto riesgo, exposición a tóxicos, nacimientos prematuros, bajo peso al nacer, hipoxia y alteraciones genéticas.

En CANPSI ofrecemos valoración de habilidades iniciales, estimulación y apoyo temprano dirigidos a la prevención y tratamiento de las posibles afecciones derivadas de estos factores.

Problemas de atención
En la actualidad muchos pequeños cursan con dificultades atencionales que pueden repercutir en el ambiente escolar, familiar y social. Un adecuado diagnóstico puede evitar futuras complicaciones. Además, es fundamental conocer el origen de estos problemas a fin de buscar estrategias de solución adecuadas para cada niño.

Problemas de aprendizaje
Los principales trastornos del aprendizaje afectan en lectoescritura y matemáticas. Estas dificultades pueden deberse a una gran variedad de razones, incluyendo aspectos escolares, familiares y sociales. Sin embargo, en muchos casos están asociados a procesos de maduración y desarrollo cerebral. La evaluación neuropsicológica permite establecer un programa de intervención eficiente para optimizar el desempeño académico.

Problemas de conducta
Existen estrategias terapéuticas para el manejo de comportamientos inquietos, impulsivos, inadecuados, poco eficientes o agresivos, así como técnicas motivacionales. El uso de éstas tiene un impacto positivo potencial en todas las esferas del desarrollo.

Epilepsia
La epilepsia constituye uno de los trastornos neurológicos más frecuentes en la población. Al constituir una entidad clínica compleja sus consecuencias pueden ser muy diversas, desde deficiencias cognitivas leves hasta una incapacidad progresiva. Entre estas secuelas se encuentran alteraciones en los procesos de atención y memoria principalmente, mismos que pueden ser atendidos a través de una intervención neuropsicológica.

Discapacidad intelectual y trastorno del espectro autista
Padecimientos como la discapacidad intelectual, incluyendo el síndrome de Down, así como el trastorno del espectro autista, conllevan aspectos cognitivos que pueden beneficiarse mediante una intervención neuropsicológica que a su vez potencie la independencia y funcionalidad del niño en su ambiente.

Traumatismo craneoencefálico  
La principal causa de discapacidad en los adultos en edad productiva son las deficiencias cognitivas resultantes de un traumatismo craneoencefálico, particularmente los generados por accidentes de tráfico, caídas o violencia. Los problemas de memoria, atención y funcionamiento ejecutivo son los más característicos. La intervención individualizada potencia la reintegración de los pacientes a actividades laborales y sociales cotidianas.

Epilepsia
La epilepsia constituye uno de los trastornos neurológicos más frecuentes en la población. Al constituir una entidad clínica compleja sus consecuencias pueden ser muy diversas, desde deficiencias cognitivas leves hasta una discapacidad progresiva. Entre estas secuelas se encuentran alteraciones en los procesos de atención y memoria, mismos que pueden ser atendidos a través de una intervención neuropsicológica.

Evento Cerebral Vascular
El cerebro es el órgano con mayor irrigación sanguínea, por lo que cualquier evento que afecte a la circulación puede ocasionar daño al tejido cerebral, provocando secuelas cognitivas variadas dependiendo de la localización, magnitud y tipo de accidente. El trabajo con los recursos intactos promueve la salud y funcionalidad del paciente.

Secuelas neurológicas   
La atención neuropsicológica ofrece una alternativa terapéutica eficiente para detectar y contrarrestar las secuelas cognitivas resultantes de una variedad de condiciones neurológicas y psiquiátricas, incluyendo tumores, esclerosis múltiple, infecciones, intoxicaciones, síndromes metabólicos, depresión, ansiedad y otros trastornos psiquiátricos.

Envejecimiento normal     
Con la edad, las capacidades cognitivas disminuyen paulatinamente sin implicar la presencia de una entidad clínica. Una evaluación neuropsicológica oportuna permite diferenciar entre el envejecimiento normal y patológico, así como diseñar estrategias de prevención y fortalecimiento cognitivo dirigidos a una mayor independencia.

Alzheimer y otras demencias        
Las demencias son enfermedades neurodegenerativas comunes en la tercera edad. Entre ellas, se encuentran la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la demencia vascular. Estas alteraciones son progresivas, generalizadas y con procesos de evolución variante, dependiendo de la etiología y la historia de vida del paciente. Si bien actualmente no existe una cura definitiva para estos casos, la intervención cognitiva puede incidir en el curso de estas enfermedades así como en la generación de estrategias de compensación y adaptación que mejoren la calidad de vida de los pacientes.

Evento cerebrovascular (EVC) 
El cerebro es el órgano con mayor irrigación sanguínea, por lo que cualquier evento que afecte a la circulación puede ocasionar daño al tejido cerebral, provocando secuelas cognitivas variadas dependiendo de la localización, magnitud y tipo de accidente. El trabajo con los recursos intactos promueve la salud y funcionalidad del paciente.